Nosotros los chapintocables, como verdaderos revolucionarios, consideramos los chapines debemos seguir marchando. No podemos dejar que pase una sola semana sin que nos agrupemos para unir nuestras voces y hacer fuerza común contra todas las causas que consideremos necesarias.
Marchemos para refrescar nuestros ojos. Nadie puede negar que la más exquisita pasarela es la producida por la espontaneidad, por la nena que modela de forma amateur sus mejores prendas, su exquisito cuerpo y su bondadosa sonrisa.
Marchemos para que el gobierno oficialice playas nudistas, donde podamos ver todo lo que tenemos que imaginar en las marchas capitalinas, donde podamos disfrutar legalmente de la textura, fragancia y hermosura de los cuerpos desnudos de un pueblo unido y solidario.
Marchemos para que el fotógrafo de desnudos Spencer Tunick nos visite y que exhibamos ante el mundo que somos una nación cosmopolita, con espacio para las manifestaciones de arte contemporáneo, erótico y seductor.
Marchemos para que los desfiles de ropa íntima se realicen en lugares públicos y de día. Además que votemos para que la mujer que más nos guste se quite la lencería para disfrute de los asistentes.
¿Por qué más podríamos marchar?
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